Cómo están celebrando sus elecciones los países africanos durante la crisis de la COVID-19

Cinco países han seguido adelante con sus comicios. Nueve los han pospuesto. Una docena más los tiene en suspenso.

A pesar de los riesgos que supone el coronavirus, Burundi acude hoy (el artículo original se publicó el 20 de mayo) a las urnas en sus elecciones generales. En la carrera por el voto, el país no ha adoptado medidas drásticas para prevenir la propagación del virus.

Desde finales de abril, se llevó a cabo una campaña a gran escala por todo el país con poca distancia social. Después de que la OMS alertara en contra de esto, el gobierno burundés expulsó al personal de la OMS que había en el país. Una de las pocas medidas que ha implementado Burundi ha sido pedir a todos los observadores electorales que venían de fuera que guardaran cuarentena durante 14 días.

La forma en que Burundi ha celebrado sus elecciones durante la pandemia ha sido como lo habrían hecho normalmente. Pero, ¿qué hay de los otros 22 países africanos que tienen previstas elecciones en 2020?

Mantener o posponer

En los últimos tres meses, cuatro países en África han vivido elecciones. En marzo, Guinea, Camerún y Malí acogieron comicios legislativos. En abril, Malí celebró la segunda vuelta. Y el 17 de mayo, Benín siguió adelante con sus elecciones locales.

En todos los casos, los gobiernos adoptaron algunas medidas de protección. Estas incluyeron: la limpieza de las cabinas de votación, el uso obligatorio de mascarillas y guantes para el funcionariado electoral, controles de temperatura en los puestos electorales, la provisión de productos para que los electores se lavaran las manos, y la exigencia de preservar la distancia social en las colas.

Benín adoptó las medidas más precavidas. Allí, el gobierno canceló los actos de campaña y prohibió las concentraciones de más de 50 personas, obligando a los candidatos a centrarse en sus apariciones en medios de comunicación y en los pósteres de la campaña.

En todas estas elecciones, la participación parece haberse visto perjudicada.

En muchos otros países del continente, se han pospuesto las votaciones. De los países que tenían previstas elecciones este año, por ahora nueve han anunciado retrasos.

Gambia, Kenia, Nigeria, Túnez, Uganda, Zambia y Zimbabue han suspendido sus elecciones subnacionales. Etiopía ha pospuesto sus comicios nacionales. Y a principios de mayo, la comisión electoral de Sudáfrica anunciaba el retraso de 30 elecciones municipales y avisaba que las elecciones previstas para 2021 podrían verse afectadas.

La tinta del dedo indica que ya ha votado, en julio de 2013 en Malí | USAID Africa

En el aire

Para el resto de 2020, quedan todavía más de una docena de elecciones en África.

Aún no se han pospuesto, aunque algunos preparativos -como el registro de votantes y la formación del personal- han sido retrasados en Burkina Faso, Costa de Marfil, Ghana, Malaui y Níger. En Ghana, las primarias internas en los partidos también se han suspendido. Estos retrasos podrían afectar negativamente a los procesos electorales.

Algunas comisiones electorales nacionales han obligado a retrasar votaciones debido a cuestiones logísticas. Muchos países reciben del exterior material sensible para las elecciones, por lo que el cierre de fronteras y los retos a los que se enfrentan los productores lo han complicado. El 6 de mayo, la comisión electoral de Liberia recomendó que la elección especial del Senado, programada para el 13 de octubre, se retrasara parcialmente debido a los problemas que han tenido que afrontar en “la adquisición internacional necesaria para asegurar los materiales electorales”.

Otros países con elecciones calendarizadas son Egipto, Guinea, Seychelles y Tanzania. Mientras, unos comicios largamente esperados en países como Chad, República Centroafricana, Gabón, Somalia y Somalilandia son inciertos debido a las dificultades políticas y securitarias que ahora se han complicado mucho más con la pandemia.

Mujer deposita su voto en Somalilandia en 2016

¿Se pueden mantener elecciones seguras?

Para los países que no han anulado las elecciones, puede haber modificaciones especiales para que los comicios sigan adelante pero reduciendo el riesgo de propagación del virus. La infraestructura en la mayoría de los sitios no está suficientemente desarrollada para permitir el voto postal y online, pero se pueden tener en cuenta otros sistemas.

Por ejemplo, Sudáfrica brinda la oportunidad a las y los ancianos, las personas con discapacidades y al funcionariado electoral de votar antes que el resto de la población. Quienes están confinados también pueden solicitar una visita a domicilio para depositar su voto. Los países podrían considerar ampliar las opciones para delegar el voto, como permite Mauricio. Una expansión de este tipo de arreglos permitiría escalonar el voto y ayudaría a reducir el riesgo de contagio en la jornada electoral.

En las elecciones de Corea del Sur, a mediados del pasado abril, la comisión electoral animó a la gente a votar antes del día de elecciones en cualquiera de las 3500 cabinas de voto dispuestas a lo largo del país. Casi el 27% de los votantes – en torno a 12 millones de personas – lo hicieron. Esto no solo descongestionó las cabinas de votación en la jornada electoral, sino que también contribuyó a que se lograra la más alta participación electoral en el país de los últimos 30 años.

Para los países africanos que buscan adoptar estas medidas, hay poco tiempo que perder. La buena práctica dicta que las nuevas leyes electorales deben aprobarse entre seis meses y un año antes de las elecciones, aunque cambios considerados más técnicos pueden adoptarse más rápido. La cuestión más importante es que haya un consenso amplio acerca de que los nuevos sistemas incrementarán la integridad del voto y su resultado.

Esto significa que los países que están planeando celebrar elecciones en 2020 y a principios de 2021 necesitan empezar a discutir estos arreglos –más allá de las líneas de los partidos y entre los múltiples organismos involucrados- lo antes posible.

 

Artículo original de Erik Asplund y Olufunto Akinduro publicado en African Arguments. Traducción: Africaye

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